¡Bienvenidos a nuestro blog para mexicanos! Aquí encontrarás mas de 900 calaveras literarias para festejar el Día de los Muertos. En esta ocasión, te mostraremos una selección de las mejores y más originales calaveras literarias inventadas.
Si estas buscando calaveritas específicas sobre otro tema, o en el caso de que necesites calaveras literarias personalizadas con nombres, visita la siguiente sección:
10 calaveras literarias inventadas
La Siesta Eterna de Don Dormilón
En su lecho reposa, sin ruido ni aspaviento,
Don Dormilón descansa, eterno es su aliento.
Ni el gallo en su canto, ni el sol radiante,
logran perturbar su sueño constante.
La Rumba del Esqueleto al Desvelo
En el baile de la noche, al filo del abismo,
el Esqueleto cansado, da un paso indeciso.
A golpe de café, intenta reanimarse,
pero el sueño lo vence, y en su silla desplomarse.
La Hora Final de Doña Cocinera
Doña Cocinera en su cocina bullente,
con especias y guisos su vida se ausenta.
Un día el caldero cobró su tributo final,
ahora en su sopita descansa su menú funeral.
El Silencio del Poeta sin Palabras
En su tintero yace, el poeta taciturno,
sus versos se apagaron, en un suspiro nocturno.
La pluma en reposo, las letras se resisten,
en su mente el poema, eternamente persisten.
El Último Verso del Juglar Errante
De pueblo en pueblo cantó, el juglar errabundo,
su voz fue su espada, su alma en cada segundo.
Mas un día enmudeció, su garganta cansada,
un triste silencio, en su guitarra morada.
La Ronda Nocturna de Don Insomnio
Don Insomnio vaga errante, por las calles de la noche,
en vano busca el sueño, su mente nunca coje.
Las estrellas son su guía, en su eterna vigilia,
sus ojos enrojecidos, de la luna son la orilla.
El Descanso Eterno de Don Pantuflas
Don Pantuflas, el amante de su sillón y manta,
sus ojos se cerraron, su ronquido encanta.
Las pantuflas en reposo, en el suelo yacen planas,
su sueño es profundo, como las noches de grana.
El Adiós del Navegante de Libros
El navegante de libros, en su última lectura,
cerró la tapa del tomo, en su silla de aventura.
Su alma viaja ahora, en páginas etéreas,
explorando universos, en letras solitarias.
La Serenata Silente de Doña Guitarra
Doña Guitarra descansa, en la esquina del rincón,
sus cuerdas ya no vibran, su música se esfumó en el son.
Las manos que la acarician, ahora son polvo y olvido,
pero su eco sigue susurrando, en el silencio más querido.
El Fin del Baile del Marionetista
El titiritero maestro, hilos en mano, sonrió,
sus marionetas danzaron, por última vez, en el tablado unísono.
Las cuerdas se rompieron, los títeres callaron su voz,
el telón cae despacio, en el último acto de su arco iris veloz.
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